"Indagando en la Mitología Griega conocimos a Atalanta. Una mujer abandonada por su padre porque él deseaba a un varón.
Una osa la encontró y la amamantó y se hizo cargo de ella hasta que unos cazadores dieron con ella y la criaron, convirtiéndose en la más veloz y afamada cazadora.
Decidió no casarse y se consagró a Artemisa a quién emulaba con sus hazañas. Para mantener su promesa dijo que solo se casaría con aquel que le ganara en una carrera, anunciando que mataría a aquel que no lo lograse. Aún así muchos lo intentaron inútilmente, pero Atalanta siempre vencía.
Un día el apuesto Hipómedes decidió probar suerte, pero tenía unas manzanas de oro con las que engañó a Atalanta. Cada vez que ella iba a darle alcance, arrojaba una, y ella se detenía a cogerlas fascinada por su belleza. Se distraía con cada manzana y el joven obtuvo su mano (…)”
Atalanta es de gran importancia, pues simboliza a la mujer contestataria que se rebeló contra todos los esquemas patriarcales de su época. Atalanta logró así obtener el respeto de sus contemporáneos y de la posteridad.
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